Colombia: Se podría extraer musgo bajo un modelo productivo sostenible en Medellín

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La explotación de este recurso ecológico es prohibida por las autoridades ambientales departamentales, pero con la iniciativa liderada por investigadores de Antioquía la actividad podría ser lícita.

A 17 kilómetros del centro de Medellín se encuentra una de las zonas más productivas de musgo en Antioquia: el corregimiento de Santa Elena.

Una investigación liderada por el Grupo Conservación, Uso y Biodiversidad de la Universidad Nacional en Medellín y la Corporación Autónoma Regional del Norte y Centro de Antioquia, Corantioquia, reveló que esta actividad podría ser lícita bajo un modelo productivo sostenible.

En este estudio se evaluó la abundancia, la diversidad de musgos y la posibilidad de cosecha bajo tres intensidades diferentes de extracción en tres zonas: bosque secundario, plantaciones de pino y ciprés.

Durante tres años, los investigadores hicieron un seguimiento en el área de Piedras Blancas para entender cómo la extracción de los musgos en la zona influía en las tasas de crecimiento y en la sostenibilidad de las especies dentro del ecosistema.

Con este trabajo se propone un modelo de cosecha que permita usar el recurso sin perjudicar al ecosistema, garantizando la sostenibilidad de las poblaciones en el tiempo.

Impacto social
Según el último censo realizado en el corregimiento, son 72 campesinos los beneficiados directos de la extracción y comercialización de musgo. Ellos venden un bulto de este producto por un precio que oscila entre los 7 y los 20 mil pesos, dependiendo de quien lo compre.

Sin embargo, como esta actividad está prohibida, un "musguero" puede sufrir una sanción disciplinaria si es descubierto realizando este tipo de extracciones.

De acuerdo con Adriana Corrales Osorio, ingeniera forestal y magíster en Bosques y Conservación Ambiental, "aunque los musgos cumplen un papel importante en el ciclo de los elementos químicos y en la regulación hidráulica, la extracción que hacen los campesinos no es mayor al 20 por ciento del musgo total existente en la zona".

La medida preventiva de prohibir su explotación y las campañas ambientales que se divulgaron para no usar estos musgos en la decoración de pesebres se debe, en parte, en que "cuando no hay forma de regular por la carencia de datos e información, es mejor evitar que se realice un proceso de sobreexplotación, ocasionando un daño irreparable en el ecosistema", afirmó la ingeniera.

Con el desarrollo de este trabajo, se determinó que el área más apropiada para adelantar programas piloto de aprovechamiento regulado con la comunidad está referida a 671 hectáreas de plantaciones de ciprés en el área de la cuenca de Piedras Blancas, Santa Elena.

Según lo explicó la ingeniera forestal, "estamos en la creación de un modelo productivo que determine cuánto musgo se puede extraer, con qué periodicidad y el número de campesinos que se podrían beneficiar".

Esto podría generar que la actividad fuera legalizada bajo ciertas restricciones y propiciar el acceso de la comunidad a estos recursos de manera sostenible.


Medellín
Agencia de Noticias UN